
Vecinos de Palmerales denunciaron el jueves la situación en la que viven en su casa situada en la calle Llimoner del barrio de Palmerales. Vecinos que hace años fueron trasladados hasta allí con la promesa de ser reubicados en otros inmuebles de forma breve. Pasado el tiempo, la humedad ha comportado problemas de bronquios a los más mayores y a la estructura de sus hogares.
El concejal de Sanidad, Carlos Ávila, ha visitado el jueves algunas de las viviendas del barrio de Palmerales en las que algunos vecinos se ven obligados a vivir en condiciones infrahumanas. Acompañado de Juan Guilló visitó el número 23 de la calle Llimoner, donde vive Damiana Escudero. Afirma que hace más de siete años el IVVSA la desalojó de la calle Magraner y la trasladó allí con la promesa de que en breve dispondría de una nueva vivienda. A sus 82 años, denuncia los problemas de humedad que sufre la casa, con techos y paredes descorchados, que han agravado sus problemas de bronquios por los que habitualmente es ingresada en el hospital y necesita oxígeno. El aseo y el fregadero están taponados para evitar la salida de inmundicias. A ello se une la suciedad, la presencia de toxicómanos a las puertas de casa y roedores. Una situación que han denunciado en varias ocasiones ante el IVVSA, sin obtener una solución, manifestando que se sienten tratados como 'perros'. Mientras esto ocurre, afirma que gente en mejor estado, ha recibido una casa prácticamente nueva.
Esta situación se repite en otros inmuebles como en el de Carmen Madoler, en el número 21 de la misma calle. La humedad y el salitre están presentes en paredes y techos, que poco a poco van cayendo, e incluso en el baño. Carlos Ávila denunció las condiciones en las que se ven obligadas a vivir estas personas, exigiendo que se tomen medidas urgentes.
El concejal de Sanidad, Carlos Ávila, ha visitado el jueves algunas de las viviendas del barrio de Palmerales en las que algunos vecinos se ven obligados a vivir en condiciones infrahumanas. Acompañado de Juan Guilló visitó el número 23 de la calle Llimoner, donde vive Damiana Escudero. Afirma que hace más de siete años el IVVSA la desalojó de la calle Magraner y la trasladó allí con la promesa de que en breve dispondría de una nueva vivienda. A sus 82 años, denuncia los problemas de humedad que sufre la casa, con techos y paredes descorchados, que han agravado sus problemas de bronquios por los que habitualmente es ingresada en el hospital y necesita oxígeno. El aseo y el fregadero están taponados para evitar la salida de inmundicias. A ello se une la suciedad, la presencia de toxicómanos a las puertas de casa y roedores. Una situación que han denunciado en varias ocasiones ante el IVVSA, sin obtener una solución, manifestando que se sienten tratados como 'perros'. Mientras esto ocurre, afirma que gente en mejor estado, ha recibido una casa prácticamente nueva.
Esta situación se repite en otros inmuebles como en el de Carmen Madoler, en el número 21 de la misma calle. La humedad y el salitre están presentes en paredes y techos, que poco a poco van cayendo, e incluso en el baño. Carlos Ávila denunció las condiciones en las que se ven obligadas a vivir estas personas, exigiendo que se tomen medidas urgentes.
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