Ya no es una promesa. Dejó, incluso, de ser una opción razonable o, si se quiere, osada. Mercedes Alonso ha pasado de ser apuesta a estar en condiciones de ser apostadora. El congreso popular de la Comunidad Valenciana del pasado fin de semana operó esa transformación. La portavoz ilicitana pasó a formar parte de los seniores del partido popular. Junto a Rita Barberá, nada menos. Realmente, es difícil recordar una etapa en que el PP local tuviera una representación tan cercana a la toma de decisiones como ésta. Y esta situación tiene un objetivo nítido, único, prioritario: conseguir la alcaldía de Elche para la derecha por primera vez en toda la historia de la ciudad en periodos democráticos. De esta forma, las elecciones municipales de 2011 se presentarán de muy distinta manera a las de 2007. Las pasadas elecciones contemplaron un enfrentamiento entre una candidata sobrevenida, con grandes incógnitas respecto de su rendimiento a pesar de su ya larga trayectoria y desde una oposición inexistente, frente a un candidato formado en el ejercicio del poder y la gestión desde una alcaldía longeva con el objetivo de perpetuarla. Las próximas tendrán idénticos rivales pero muy distinta situación. Las incógnitas habrán desaparecido. Estos cuatro años habrán despejado las dudas, las expectativas, el punch, la capacidad de comunicar de los candidatos.En el haber de Mercedes Alonso habrá que anotar la indiscutible recuperación de la oposición municipal que se había extinguido en Elche, incluso como concepto. En el terreno partidario, su principal activo está en la pacificación de las luchas internas que durante tanto tiempo han lastrado el desarrollo de los populares en la ciudad. En el debe está, sin duda, la cuenta pendiente de la democratización. Lo hecho hasta ahora sólo ha servido para retirar a Manuel Ortuño, objetivo histórico que, al parecer, se habían propuesto los populares ilicitanos. Sin embargo, sólo afrontando una vida partidaria participativa conseguirá revitalizar a la derecha ilicitana. Éste es el gran reto que distingue a un líder sólido de una apuesta pasajera. Como lo es, en el nivel institucional, la definición de un modelo de ciudad que se sigue echando en falta en la oposición. Cabe hoy, sin embargo, valorar la tenacidad con que Alonso se ha desempeñado en los últimos tiempos y que ha encontrado una justa recompensa en este congreso. Ha puesto su nombre en el mapa popular y su impronta en la política municipal. Y lo ha hecho, incluso con fiereza, llegando a crear un aire irrespirable en el consistorio y cansino en los juzgados. Debiera estar en condiciones de corregir ambos aspectos que en nada combinan con la madura solidez que hoy ya se le debe exigir. Armas no le faltan. Su ambición es más que destacable. Posee una indudable capacidad de comunicación y el favor de los medios locales. Posee, incluso, un nada desdeñable instinto -armas de mujer- para dotar de cierto glamour a sus tomas de posición. Se trata, sin duda, de una alternativa seria en la política ilicitana. Una alternativa que nace para cambiar la estrella de la derecha en la ciudad.
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ESO SERA PARA UNOS CUANTOS PORQUE PARA MI NO ES TAL ESTRELLA MAS BIEN SIGE SIENDO LA OPOSICION LA SUERTE QUE TIENE ES QUE LOS MEDIOS SON DE SU MISMA CONDICION POLITICA
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